Heráldica de los apellidos
Muchas personas se preguntan a menudo por cuál será su escudo heráldico, o sea el escudo de armas o blasón que representa a su apellido. Lo cierto es que si bien la heráldica y los apellidos van sumamente ligados, la heráldica funciona de un modo algo más complicado que el hecho de poder afirmar que un blasón concreto representa, indefectiblemente y en todas las ocasiones, a un apellido.
Lo cierto es que hay que adentrarse en el estudio de la historia, concretamente de la historia medieval europea, y de la heráldica, para comprender esto. Pero para simplificarlo lo importante es saber que un escudo de armas se crea para una persona en concreto y sus descendientes. De ese modo tenemos que ese blasón representa un apellido, pero tan solo el de aquellos que son de ese linaje. Por ese motivo un mismo apellido puede tener varios escudos de armas diferentes y de igual forma, si no se pertenece al linaje o estirpe que dio origen a ese blasón, en principio no se debería de poder hacer uso de él.
Pero profundicemos un poco más en el tema de la heráldica, los blasones y los escudos de armas.
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¿Qué es la Heráldica o ciencia del blasón?
La Heráldica se considera una de las ciencias auxiliares de la historia. La palabra heráldica viene de ‘heraldo’. En la Edad Media, los heraldos eran algo similar a los jueces encargados de dirigir y dictar las leyes que deberían ser obedecidas por los nobles. Ellos eran llamados también los superintendentes de las armas o distintivos de nobleza; de este modo estaban en disposición de castigar a los nobles que no tenían un comportamiento correspondiente a su clase, degradándolos. También eran los encargados de declarar la guerra, observar los combates para la redacción de las memorias y anunciar la retirada. Así mismo, eran los encargados de viajar para invitar a escuderos y caballeros a participar de diversos ejercicios y juegos militares. Por último, vigilaban y examinaban los archivos para dar fe de las ascendencias de las familias y arreglar sus genealogías, etc.
Los heraldos eran los máximos responsables del examen de los méritos de los caballeros participantes en los "juegos". Es ahí donde exhibían sus conocimientos a la hora de examinar a conciencia los títulos de nobleza, investigando sobre las armas de los nobles que competían y el derecho de estos a llevar en sus escudos determinados motivos heráldicos. Los heraldos atribuían a cada noble su escudo de armas correspondiente. Ese escudo de armas iría ligado al apellido de ese noble siempre y cuando el portante de ese apellido fuese un descendiente del mismo.
De este modo la Heráldica es la ciencia que estudia todo lo relacionado con las normas y tradiciones de los heraldos. Este modo de representación cultural de la Europa Occidental cristiana se origina concretamente en la Plena Edad Media (ss. XI-XIII). El contexto político y social hay que enmarcarlo en unas sociedades de frontera volcadas en la guerra. Dentro de estas sociedades, los caballeros empiezan a utilizar símbolos o dibujos en sus escudos de armas como forma de distinguirse ya sea en el combate como en las justas o los torneos cortesanos.
Es a partir del siglo XII cuando estos blasones o escudos de armas comienzan a heredarse dentro del mismo linaje, decorando armas y armaduras, joyas, sellos señoriales, obras de arte, sepulcros y hasta figuras del ajedrez. También se convierten en un modo eficaz de autentificar pergaminos. A través de las cruzadas se extendió su uso desde Europa a Tierra Santa y rápidamente los profanos en heráldica comenzaron a identificar las leyes heráldicas con las familias más poderosas y, por tanto, con sus apellidos.
¿Es importante que un apellido tenga escudo de armas?
A lo largo de siglos, ostentar un escudo de armas o blasón propio, era algo que proclamaba el éxito social del portador y su familia. El blasón fue un elemento clave, un signo de distinción que era reconocido por todos y que dotaba de prestigio a un apellido. El escudo de armas permitía visualizar mediante un código simbólico los méritos y progresos de un linaje. De este modo, el blasón se convirtió en un signo externo de honra de gran eficacia a la hora de legitimar el poder conseguido o alardear de riqueza por parte de una familia. al mismo tiempo este permitía perpetuar la memoria de la estirpe, enraizada con fuerza en un pasado que le dió la gloria y que propulsaba a sus herederos hacia un brillante futuro.
El blasón se convirtió en un signo de jerarquía que en un principio fue sinónimo de valor, de lealtad y de brío. Se daba por supuesto que una mala acción podría apagar su limpia ejecutoria y que esto era sin lugar a dudas la mayor vergüenza a la que podía verse sujeto un caballero. Aquel que no reuniese las condiciones precisas, no era digno participar en un torneo, y por tanto no podía portar un blasón propio ni, por supuesto, cederlo a sus herederos.
Sin embargo, el blasón también era el exponente de un oficio. Es posible encontrar escudos representando a artesanos, los cuales no celebraban torneos. Estos escudos eran inherentes a los oficios que ejercían. Todo ello indica que la heráldica era mucho más compleja de lo que en un principio pudiera parecer, y que su estudio conlleva una importante labor de investigación y comprensión tanto de la época como de diferentes ámbitos como el arte, las leyes, la economía, la historia o la genealogía.
¿Cómo se diseñaba un escudo de armas o escudo heráldico?
En la cultura visual de la Edad Media, cada uno de los elementos que forman parte de un blasón o escudo heráldico son elementos simbólicos que han sido codificados de forma que puedan evocar en aquellos versados en la heráldica gestas históricas. También pueden contener figuras que aluden al apellido del linaje o el lugar representado, interpretándolo de forma gráfica, como si se tratase de un jeroglífico.
A pesar de toda esta simbología escondida tras los escudos de armas, lo cierto es que generalmente los emblemas propios de las familias nobles se elegían arbitrariamente, dependiendo mucho del gusto del noble que iba a usarlos. Al ser hereditarios se vio pronto la necesidad de registrarlos y de establecer unas normas para el uso del blasón.
Los escudos de los caballeros, no respondían a este capricho mostrado por la nobleza. Estos sí que solían basarse siempre en algún acontecimiento heróico de armas. A partir de ahí se intentaba representar el recuerdo de la hazaña efectuada y que esta pasara a la historia a través de los descendientes, como forma de inmortalizar la gesta para siempre.
Es interesante como autores como G. Eysenbach han definido la simbología de los escudos de armas como un ‘lenguaje misterioso’. En su libro "Historia del Blasón", el autor explica que el blasón, es ‘sorprendente de uso universal para la nobleza de la cristiandad, establecía entre todos los gentiles hombres una confraternidad heroica, era la piedra fundamental del edificio feudal, la cementa y la llave de la bóveda -como dice un autor antiguo- de la jerarquía aristocrática’.
Es importante aclarar que el escudo o blasón consiste en el soporte físico, situado en el centro de las armerías (logro heráldico). El elemento principal de un logro heráldico es el escudo o blasón, sobre el cual es representado el escudo de armas. El resto de los elementos de un logro se diseñaban a modo de decoración y complemento de estas armas, a pesar de que tan solo se requería el escudo de armas.
El blasón, en heráldica, también se puede entender como la descripción heráldica de un escudo de armas o armería. Esta última palabra, armería, ha llegado a convertirse en sinónimo de heráldica. El blasón es, pues, tanto el soporte físico como la descripción del escudo de armas de una persona que pertenecía a la nobleza medieval o a la iglesia católica (esto se conoce como heráldica eclesiástica), o como ya se ha comentado, incluso a algunos oficios. La descripción heráldica se puede extender a los ornamentos exteriores del escudo, que era portado por los hombres de armas, siendo uno de los elementos dentro de su colección de armas de combate.
Elementos que conforman el escudo de armas
Tal y como ya hemos planteado, el escudo de armas es el elemento central del logro heráldico completo. Este suele ser exclusivo de una persona, una familia, un Estado, organización o corporación.
Lo más común es que las armas se presenten sobre un escudo. Pese a ello se pueden encontrar representadas en otros soportes: vestimentas como el tabardo del heraldo, un elemento arquitectónico como un mural, una bandera o estandarte, o sellos para lacrar, por ejemplo. En cualquiera de estos casos, la forma del contorno del escudo de armas será la del soporte.
El escudo de armas tiene una forma geométrica que puede dividirse o no de forma interna. En su interior puede tener lo que es conocido como mesa de espera, en la que se representan las armas. Las formas del escudo suelen ser diferentes dependiendo del origen de su representación.
Es importante tener en cuenta que un escudo de armas o blasón no siempre permanece fijo e inmutable desde su creación. Existen algunos motivos por los cuales el escudo de armas de un apellido se ha podido ver modificado a lo largo de los tiempos. Algunos de estos motivos son:
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Que se constituya una alianza en la que los blasones de los aliados se reúnan para formar un solo blasón. Esta sería una reunión codificada por unas reglas que configurarían el tipo de unión que se sella con ese nuevo escudo de armas.
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Que existiese una herencia, que impusiera al heredero una modificación del escudo de armas inicial, debido al grado de parentesco existente.
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Que se otorgue una distinción honorífica por parte de un suzerano. Este le daría a un vasallo el derecho de añadir a su escudo de armas un elemento distintivo del suyo.
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Que se haga una distinción o modificación para distinguir un nuevo escudo de armas de aquel del que se deriva. Esto se conoce como una brisura.
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Que pueda desaparecer o ser reemplazado por un escudo de armas de sustitución. Esto ocurre cuando el escudo original se ha visto “deshonrado” por una acción poco honorable de su propietario o de un antepasado del mismo.
Reglas del escudo de armas o blasón
La única regla que se podría enunciar como indiscutible en referencia a los escudos de armas es la siguiente: ‘No metal sobre metal, no esmalte sobre esmalte.’ Es conocida como regla de contrariedad de los esmaltes.
Además de la regla anterior, existen una serie de normas que suelen seguirse de forma más o menos usual a la hora de elaborar un escudo de armas para un apellido, aunque siempre es posible encontrar excepciones. Estas reglas son las que exponemos a continuación.
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El escudo de armas o blasón precisa ser regular, completo y breve. Según esto se tiene que blasonar siguiendo las reglas estandarizadas, o sea, regulares. Dicho blasón tiene que ser específico, en tanto que la descripción debe ser lo más concreta y acotada posible en su descripción. Además, el blasón debe ser breve, es decir poco cargado. Indiscutiblemente la aparición y proliferación de blasones compuestos, brisuras y otros añadidos han hecho que esta regla carezca ya de todo peso o pertinencia.
- Los muebles que aparezcan varias veces en un mismo escudo de armas o blasón tienen que ser idénticos en tamaño, forma y color. Esto implica que no se pueden variar los atributos de un mueble respecto a otro igual. Sin embargo, se puede encontrar una excepción a esta regla. Cuando los muebles se repiten sobre un campo dividido en dos zonas pueden ser “de uno en el otro”, o sea, pueden ser del color del campo sobre el cual no están ubicados. Cuando algunos de estos muebles se ubican sobre la partición, deben partirse de manera idéntica, y cada una de las zonas formadas se colorea del color del campo opuesto. Como ya se ha dicho, esta regla no es absoluta y existen numerosos casos de grupos no homogéneos.
La Mesa de espera de los escudos de armas
Se llama mesa de espera a la forma geométrica del escudo, de una de sus partes o también a una pieza honorable, en tanto que es la superficie que espera sus armas. Esta mesa de espera puede ser objeto de una partición cuando se da el caso de armas compuestas.
La mesa de espera puede designar, del mismo modo, el escudo de un aspirante que viene de recibir su panoplia de combate y que todavía no tiene compuestas sus armas. En este caso, su escudo está aún en espera de ser armado. Cuando se da esta situación se puede representar con un escudo de plata, que simbolizaría una ausencia, un espacio que todavía debe ser llenado. También es posible dejar a la vista un escudo de acero, que simboliza al mismo tiempo la superficie todavía no pintada y su capacidad para servir de espejo metálico, presto a reflejar la imagen de quien se acerque.
Encontramos que en las grandes armas la mesa de espera se corresponde a un emplazamiento reservado para los ancestros cuyas armas no eran conocidas. En este tipo de casos, el espacio dejado es en el color del fondo o en acero.
En cualquier caso, debemos tener en cuenta que para elaborar un escudo de armas comienza simbólicamente por el trazado de la mesa de espera.
Tipos de escudos de armas
Los escudos heráldicos, o escudos de armas se pueden dividir en diferentes clases, dependiendo de las entidades que representen. Existe una primera clasificación, más generalista, que divide estos escudos de armas en dos clases: simples y compuestos.
Los escudos de armas simples representan una sola persona o una entidad moral, en cambio los escudos de armas compuestos representan a varias personas o entidades, combinadas entre sí o unidas.
Existe, además de esta división, otra que depende de la categoría de las personas físicas o morales representadas por los escudos de armas. Según esta división podemos encontrar los diferentes tipos de escudos de armas:
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Los escudos de armas de soberanía, propios de monarcas o de dinastías reales.
- Los escudos de armas de pretensión. Estos eran los adoptados por nobles pretendientes al trono como si ya lo poseyeran.
- Los escudos de armas de concesión. Estos eran otorgados por un soberano a súbditos beneméritos.
- Los escudos de armas de patronato. Estos se otorgaban por concesión del soberano y añadían a sus piezas otra importada de las armas de este para denotar que la persona o comunidad a quién pertenece el escudo ha sido tomada especialmente bajo la protección del Monarca.
- Los escudos de armas de dignidad. Consisten principalmente en los accesorios u ornamentos propios de una categoría elevada, conferida al propietario del escudo.
- Los escudos de armas de ciudad. Estos son propios de pueblos y ciudades.
- Los escudos de armas de provincia. Específicos de regiones.
- Los escudos nacionales, que son aquellos que simbolizan a un país.
- Los escudos de comunidad o corporación. Son aquellos que corresponden a juntas o asociaciones.
- Los escudos de armas de familia, hereditarios dentro de las familias.
Dentro de lo que conocemos como escudos de familia y que a menudo se consideran escudos de armas de los apellidos, es necesario conocer el modo en que se puede acceder a este tipo de títulos:
- Por sucesión. Se heredan sin variación alguna.
- Por alianza. Estos se forman uniendo los blasones de varias familias emparentadas.
- Por sustitución. Esta sustitución se debe a cambios de unos emblemas por otros, esta se hace mediante el contrato y la autorización pertinente.
- Por conmemoración y recargo. A los heredados se les añade algún nuevo elemento conmemorando algún hecho personal del noble que las lleva. Entre estas modificaciones de los escudos familiares por piezas recargadas se encuentran las brisuras.
- El acolado es un tipo muy particular de escudo familiar. Este es propio de una mujer casada o viuda, y es el resultado de poner el suyo junto al de su marido bajo un mismo timbre (corona o yelmo), obteniendo como resultado un doble escudo. Por extensión se conoce por este nombre a cualquier otro escudo unido de igual manera.
Formas de los escudos de armas
Los escudos de armas, o soportes del blasón, tienen diferentes formas dependiendo a menudo de su procedencia. Las formas de los escudos heráldicos españoles, portugueses, ingleses, franceses, italianos, suizos, alemanes, polacos y de damas y torneos se pueden reconocer a menudo debido a la forma de su soporte.
- Escudo de armas Francés antiguo o gótico: tiene una punta inferior en ojiva y una parte redondeada en medio de los flancos.
- Escudo de armas Francés moderno: introducido por la heráldica borbónica, presenta un cuadrilátero que guarda las proporciones del escudo "en estandarte", pero con los ángulos inferiores redondeados con un cuarto de círculo (una media parte), y la punta está formada por la unión de dos cuartos de círculo de la misma proporción.
- Escudo de armas Inglés: angulado, con la cima prolongada en esquinas horizontales.
- Escudo de armas Español: así como el portugués y el flamenco, es redondeado en la base, con la forma de un arco de medio punto invertido. En el siglo XVIII se introdujo en España el escudo francés moderno.
- Escudo de armas de torneo o en estandarte: la forma más simple; un cuadrilátero de siete partes de anchura por ocho de altura.
- Escudo de armas Alemán: en forma de escudo de torneo con una escotadura que permitía colocar la lanza.
- Escudo de armas de damas: Las damas y damiselas tenían antiguamente escudos redondos u ovalados, respectivamente, y en rombo. Sin embargo, el escudo en rombo no se presta bien al diseño de piezas honorables ni al de los blasones compuestos que privilegian las particiones verticales y horizontales.
- Escudo de armas Italiano: achaflanado, una forma conocida como ‘testa di cavallo’, pero también oval en la tradición eclesiástica.
- Escudo de armas Polaco: tiene escotaduras múltiples; las formas pueden ser más fantásticas, ya que no están fijadas por la tradición.
- Escudo de armas Suizo: presenta tres puntas en el jefe.
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Partición heráldica de los escudos de armas
Las figuras geométricas se pueden trazar en escudos de cualquier forma de modo que toda forma sirva de mesa de espera. La posición de las líneas se tiene que ajustar a la forma de la mesa de espera, para que así las nueve regiones obtenidas estén equilibradas.
Las direcciones son las cuatro divisiones simples que podemos encontrar en un escudo de armas, y que reciben el nombre de los golpes que los caballeros propinaban con la espada y a dos manos: partido (de arriba abajo), cortado (en horizontal), tronchado (de derecha a izquierda, descendiendo) y tajado (de izquierda a derecha, descendiendo). Utilizadas solas, cada una de estas divisiones originan dos partes iguales en la mesa de espera.
Por otra parte,es posible dividir la mesa de espera en regiones, siguiendo cuatro líneas: dos verticales y dos horizontales. Estas líneas delimitan cinco regiones principales: el jefe (en alto), el flanco diestro (a la izquierda del observador), el flanco siniestro (a la derecha), la punta (abajo) y el centro, también llamado corazón o abismo. Estas líneas delimitan a su vez cuatro cantones: la diestra del jefe, la diestra de la punta, la siniestra del jefe y la siniestra de la punta. A partir de aquí es posible identificar otras regiones secundarias, como el honor, las riendas, la cima, la base…
Estas líneas de partición son las que ayudan a trazar las piezas honorables del escudo y a establecer las posiciones de los muebles.
Estructura del escudo de armas o escudo heráldico
El escudo heráldico se divide en 9 zonas llamadas puntos del escudo. Estos se identifican por sus nombres, que varían dependiendo de los autores, exceptuando del ‘punto del centro’ llamado también ‘corazón’ o ‘abismo’.
Más allá de las diferentes nomenclaturas, es importante saber que en heráldica, izquierda (siniestra) y derecha (diestra) son las del escudo, no las del espectador.
Esmaltes y figuras del escudo de armas
Se conoce como esmalte del escudo a cualquiera de los colores, metales o forros del escudo de armas. Solamente existen dos metales: oro y plata; cinco esmaltes: gules (rojo), azur (azul), sable (negro), sinople (verde) y púrpura (morado), y dos forros: armiños y veros, que no son definidos por su color sino por su forma. Los esmaltes y metales, cuando se representan en blanco y negro o sobre grabados, se deben a ciertas convenciones para distinguirlos.
Los colores del escudo heráldico
Los colores más habituales de los escudos heráldicos son cinco. Estos cinco colores se nombran con nombres de la época y disponen de su correspondencia con colores actuales. Esto es lo que significan en la ciencia heráldica:
- Azur: es el azul y en los escudos en blanco y negro se representa mediante el uso de líneas horizontales. El tono en la heráldica es el de un azul intenso que representa la justicia, la obediencia, la lealtad y la inteligencia.
- Gules: es el color rojo que en escudo en blanco y negro se hace muestra mediante líneas verticales acumuladas. Representa fortaleza, dominio y victoria, valores muy relacionados con los caballeros.
- Sable: es el color negro que en escudos sin color se representa mediante líneas horizontales y verticales que se cruzan. Significa prudencia, modestia y renacimiento tras la muerte.
- Sinople: el verde de la esperanza. En escudos en blanco y negro se muestra a través de líneas oblicuas o diagonales. Es símbolo de grandeza y respeto.
- Púrpura: color violeta o morado. En blanco y negro se representa gracias al uso de líneas diagonales desde el ángulo superior izquierdo al inferior derecho. Símbolo de poder supremo y de armonía.
Los metales del escudo heráldico
El Oro es el metal representado por el color dorado o el amarillo. En escudos heráldicosm en blanco y negro se representa con una trama de puntos. Su significado heráldico se relaciona con la nobleza, la riqueza y lo divino.
La Plata es el metal representado por el color plateado o por el blanco. En escudos en blanco y negro se deja el blasón hueco. Tiene diversos significados, siendo los principales los de pureza, fe y firmeza. Se trata de un metal típico de la nobleza, como el color blanco.
Las figuras del escudo heráldico
La cantidad de figuras que portan los escudos de armas es mucha y muy variada, por lo que es difícil hablar de todas ellas. Desde animales, pasando por plantas, hasta fenómenos naturales, elementos arquitectónicos, figuras mitológicas, armas o elementos de poder… Cada figura tiene un significado y debe estudiarse en su contexto
¿Qué pasa si no tengo escudo de armas?
Puede que encuentres que tu apellido esté asociado con uno o varios escudos de armas, pero que sin embargo, tú no estés emparentado con nadie que te legitime a portar ninguno de esos escudos de armas. Si a pesar de ello deseas disponer de tu propio escudo de armas no desesperes. ya que todos podemos tener nuestro propio escudo de armas, esto es así tanto en España como en muchos países del mundo y tenerlo no es tan difícil.
Si de verdad deseas que tu apellido tenga su propio escudo de armas y poder legarlo a tus descendientes, debes saber que el modo más directo de poseer un escudo de armas es crear uno y adoptarlo como propio.
Para crear tu escudo de armas puedes inspirarte en los escudos de armas de tu apellido. Conocer los escudos de armas de quienes se apellidan como tú, investigar su significado y cómo se formaron puede ayudarte para componer el tuyo. Tu escudo de armas debe representarte, reflejando tus valores, logros, ideales, pero asu vez es importante que siga las reglas de la heráldica, por lo que inspirarte en los escudos de armas de tu apellido siempre te ayudará.
Un escudo de armas debe describirse por su blasón. Este admite diferentes formas de plasmación artísticas. Por ese motivo un escudo de armas y su blasón no deben confundirse nunca con lo que actualmente se conoce como logotipo. Un escudo de armas de un apellido tiene unas implicaciones mucho más arraigadas a nivel personal y familiar. Un escudo de armas trasciende a su portador, por lo que su diseño es algo de gran importancia.
Apellido, escudo de armas y marca personal
En la actualidad el concepto de ‘marca personal’ ha hecho que muchas personas hayan querido retomar el uso de los escudos de armas de sus apellidos para potenciar su marca personal. Sin embargo muchas se han topado con el hecho de que, en realidad, los escudos de armas pertenecen a linajes, y no a apellidos.
Este es el motivo por el cual la heráldica ha visto un renacer, puesto que mucha gente ha optado por crear su propio escudo de armas siguiendo las reglas de la heráldica, mientras que otros han investigado la posibilidad de portar el escudo de armas relacionado con su apellido, obteniendo resultados positivos.
Sea como fuere, un escudo de armas no nos aporta mayor nobleza si no lo engrandecemos con nuestros actos. Un escudo de armas permanece vacío de significado mientras la persona que lo porta no se convierte en digno de él. Por ese motivo, si has decidido hacerte con un escudo de armas para tu apellido, asegúrate de que tus actos lo avalen, para que así pronto muchos lo conozcan y reconozcan como uno de los grandes escudos de armas de la historia.